El Consejo de Indias expidió en 1679 la Cédula Real
por la que se crea la provincia de Catamarca, en respuesta al pedido realizado
por los vecinos de la Población del Valle y los informes que favorecían el
traslado de la ciudad de Londres de Pomán al Valle de Catamarca. Pero como
dicho valle no pertenecía a la jurisdicción de Londres, sino a San Miguel de
Tucumán, la petición implicaba la creación de una nueva provincia.
Esta cédula real tardó dos años en llegar a Tucumán y
su gobernador, Don Fernando de Mendoza Mate de Luna, demoró otros dos para dar
cumplimiento a la misma.Mate de Luna llegó al Valle de Catamarca el 30 de mayo
de 1683, junto a Tomás de Salas, su secretario y escribano de su Majestad.
Dispuso el traslado del Estandarte Real y los Libros Capitulares, desde
Londres.
El 16 de junio reunió a 22 de los principales vecinos
de la Población del Valle (Las Chacras), para pedirles opinión con respecto al
sitio más conveniente para la ubicación de la nueva ciudad. Todos estuvieron de
acuerdo en que se debía establecer una misma Población del Valle, pero no coincidían
en el lugar preciso.
Mendoza Mate de Luna no se decidió por los lugares
elegidos por los vallistas y seleccionó un lugar en la otra banda del río
(actual asiento de ciudad), por considerarlo un "paraje capaz, hermoso y
seguro de toda inundación". Le dio el nombre de Ciudad de San Fernando del
Valle de Catamarca. El 22 de junio eligió a los cabildantes de la nueva ciudad.
Eligió el solar el 5 de Julio de 1683. Mate de Luna,
acompañado por el maestro, Don Nicolás de Herrera, por Fray Jacinto de
Valladares, todos los cabildantes y numerosos vecinos, plantó el Palo de Justicia,
símbolo de la jurisdicción de la ciudad, fundándola oficialmente.
El gobernador dispuso que la ciudad tuviese nueve
cuadras de ancho y nueve de largo, con dos cuadras para la ronda de la ciudad y
cuatro de leguas para los ejidos. Dispuso también una Sala de Cabildos, archivo,
cárcel y calabozo. Se preocupó también para que los indios de Londres, al ser
trasladada la ciudad, no quedaran abandonados, proporcionándoles un lugar y
dictando algunas ordenanzas para el buen tratamiento de los mismos.
Tonalidades ocres y terracotas en el paisaje, matices
amarillentos en la flora, sesgo salvaje en la fauna; ciudad colonial de gente
noble y humilde. Ciudad con pequeñas rendijas que
dejan sentir las voces que vienen desde lejos, los latidos del valle y el pulso
de una ciudad con historia que crece día a día.
FELIZ CUMPLEAÑOS CIUDAD… FELICES 335 AÑOS!!!
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