Desde hace
más de 3 años, los investigadores del Centro de Estudios Parasitológicos y de
Vectores (CEPAVE), que depende del CONICET y la Universidad Nacional de La
Plata (UNLP), recogieron muestras de insectos en Salta (Aguaray), Misiones
(Posadas y Puerto Iguazú) y Provincia de Buenos Aires (La Plata). Los trabajos
realizados en nuestro país, forman parte de un estudio internacional destinado
a determinar la diversidad genética del vector en 30 países, liderado por el
Dr. Jeffrey Powell, de la Universidad de Yale, en Estados Unidos y cuyos
resultados fueron publicados recientemente en la revista “Molecular Ecology”.
En
todos los casos hallaron especímenes surgidos de una mezcla genética de dos
subespecies de mosquitos; Aedes aegypti aegypti (Aaa), una forma urbana distribuida en todo el mundo fuera de
África, y Aedes aegypti formosus (Aaf), una forma selvática de origen africano subsahariano exclusivo.
De
acuerdo a lo manifestado por la Dra. María Victoria Micieli, del CEPAVE, “el
caso de Argentina, es un enigma” dado que es el único lugar del mundo fuera de
África con evidencia de que Aaf es un
ancestro reciente de todas las poblaciones de mosquitos estudiadas. “Una
posible explicación es que los Aaf, hayan
ingresado a nuestro país en forma accidental vía comercio o migración pasiva,
es decir, en contenedores traídos por barcos de carga”, agregó la Dra. Micieli.
El
entrecruzamiento entre subespecies diferentes de Aedes aegypti provenientes de múltiples introducciones, puede
llevar a un incremento de la resistencia y la capacidad adaptativa de la nueva
subespecie resultante del mosquito, debido a una mayor variabilidad genética. Contar
con una base de datos sobre la diversidad genética de estos mosquitos no sólo
será útil para determinar el origen probable de nuevas introducciones, sino que
también tiene importantes implicancias en lo que se refiere al diseño racional
y adecuado de nuevas metodologías para su control, destacaron desde el CONICET
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