En
los últimos años, los virus del dengue, zika y chikungunya tuvieron una amplia
circulación en todos los países de América Latina, con alarmantes cifras de
pacientes infectados, afectando notablemente a nuestro país.
Ante
ello, especialistas de la Comisión Nacional de Energía Atómica trabajan en la
aplicación de la Técnica del Insecto Estéril (TIE) en mosquitos del género Aedes aegypti.
Al
igual que ya se hace con las Moscas de los Frutos en Mendoza, los mosquitos del
género Aedes aegypti podrían ser
controlados mediante la Técnica del Insecto Estéril (TIE). Se trata de un
método de control biológico que propone la utilización de insectos modificados
para poder controlar su población a sí mismos.
A
grandes rasgos el método consiste en la cría masiva de insectos de una especie
a los que se esteriliza para que luego, al ser liberados en la naturaleza y en
gran número, estos insectos esterilizados puedan competir y aparearse con las
hembras silvestres de su especie. Considerando que la mayor parte de las
hembras copulan una sola vez en su vida, se produce una reducción de la
fertilidad de la población natural, disminuyendo así la cantidad de la misma,
hasta provocar incluso su desaparición o erradicación.
Para
iniciar esta nueva línea de investigación, lo primero que hicieron los
especialistas de la División Aplicaciones Agronómicas de la CNEA fue buscar un
espacio donde se pudiera llevar adelante este proyecto. Para ello, se refaccionó
un antiguo invernáculo que estaba en desuso en el Centro Atómico Ezeiza y allí
se instaló un laboratorio que hoy tiene capacidad de cría y producción de
mosquitos estériles.
Por
otro lado, una de las integrantes del equipo, la licenciada Marianela García
Alba, viajó a los laboratorios del Organismo Internacional de Energía Atómica
(OIEA) en Viena para recibir una capacitación específica. “Allí aprendí a criar los mosquitos, a preparar las muestras para la
irradiación, a medir las variables. También cómo manejar a los insectos, cómo
construir las jaulas y, cómo alimentarlos”, detalla la especialista.
Debido
a que en Argentina no hay quien se dedique a hacer TIE en mosquitos y tampoco
hay crías permanentes de Aedes aegypti,
al regresar de su viaje García Alba y sus compañeros se trasladaron hasta
Resistencia (Chaco) para obtener muestras de huevos salvajes del mosquito,
necesarios para fundar una colonia autóctona y sobre la cual se realizaron las
primeras pruebas de irradiación sobre los especímenes.
Ganando
Experiencias y Conocimientos
A
nivel mundial, varios países están realizando experiencias de aplicación de TIE
en Aedes aegypti. Al respecto, Malter
Terrada explica que, si bien las dosis y los tiempos de irradiación que se
manejan en esos países deben ser similares a los que utilizamos en Argentina,
no tienen por qué ser los mismos. Esto depende mucho de con qué se los irradie
y de la cepa. Nosotros tenemos que trabajar sobre una colonia que sea de la
región, porque luego tiene que salir a competir con otros machos y copular con
las hembras. Entonces, hay que lograr una colonia propia, estable, y a partir
de eso ajustar la dosis de radiación.
Por
su parte, García Alba comenta que en el laboratorio del Centro Atómico Ezeiza,
se trabaja con cuatro colonias en paralelo: dos de Argentina (una de área
subtropical y la otra de área templada) y otras dos que cuyas cepas se
incorporaron este último año provenientes de Paraguay y de Uruguay. “En Argentina tenemos ingreso de Aedes
aegypti por Brasil y Bolivia, y en el centro del país se juntan las dos. Es
probable que, genotípicamente, estas colonias sean distintas y podría pasar que,
si los mosquitos que vienen de Bolivia se largan en Buenos Aires, quizá no
copulan porque tienen conductas distintas”, indica.
Garcia
Alba también manifiesta que, “Actualmente
nos encontramos colaborando con el OIEA para el desarrollo de técnicas que nos
permitan estimar la compatibilidad entre cepas de distintos lugares, utilizando
isotopos estables. La estimación de la compatibilidad permitirá evaluar la
posibilidad de que un país pueda producir machos estériles que podrán ser
liberados en otro país. En nuestro caso particular, nos permitirá conformar una
subregión entre Paraguay y Uruguay, donde Argentina pueda ser el productor de
mosquitos esterilizados, colaborando de esta forma a lograr el éxito de la
técnica”.
¡A
Volar!
La
irradiación de los mosquitos machos de Aedes
aegypti se realiza en la Planta de Irradiación Semi Industrial (PISI) del
Centro Atómico Ezeiza. El momento adecuado para hacerlo es cuando están en
estado de pupa madura (cuando el adulto ya está casi formado). “La irradiación tiene que realizarse en un
momento concreto. Para ello, es necesario ‘sincronizar’ la cría para que todos
los individuos estén en el estadio necesario al momento de la irradiación. Esto
depende mucho del tipo de comida y de la temperatura, aspectos que podemos
regular en el laboratorio”, comenta García Alba.
Para
encontrar las dosis y tiempos justos de irradiación, los investigadores de la
CNEA debieron evaluar una amplia variedad de parámetros, como cantidad de
huevos puestos por la hembra, duración de la copula, longevidad y número de
adultos capaces de volar. También realizaron diversas pruebas de competitividad
con insectos no irradiados y desarrollaron protocolos de crías con el fin de
obtener resultados homogéneos en los ensayos de irradiación.
La
definición de estos parámetros llevó varios años de pruebas y ensayos.
Recientemente han logrado concretar un ensayo de marcado, liberación y
recaptura en jaulas dentro de un invernáculo ubicado en el predio del Centro
Atómico Ezeiza. “El próximo paso es
realizar un ensayo de liberación, marcado y recaptura en el sitio control donde
podremos evaluar la abundancia, dispersión y longevidad de los mosquitos
producidos e irradiados en la CNEA. Posteriormente, con los datos recolectados,
se procederá a planificar la liberación piloto en un barrio”, cuenta García
Alba.
El
método no es nuevo, se originó en la década del '40 del siglo pasado en el
Centro de Investigaciones Entomológicas del Departamento de Agricultura de los
Estados Unidos y es propiciada por la Organización de las Naciones Unidas para
la Agricultura y la Alimentación (FAO).
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